La mayoría de las veces los niños se niegan a estudiar porque es una actividad que se plantea como aburrida, por ello se debe enseñar y motivar a los más pequeños para que muestren interés por el aprendizaje.
Hay que resaltar los momentos en donde se esfuerza, elabora sus tareas y estudia. Es mejor utilizar un incentivo positivo ya que al castigar cuando no cumple con sus deberes, los niños lo relacionaran con una actividad aburrida y conflictiva.
Los padres deben demostrar interés por sus clases, exámenes, etc. Brindar apoyo en estas actividades no implica estar al pendiente más que los niños ya que no son los secretarios de sus hijos.
Los padres deben de hacer ver a sus niños que tienen expectativas alcanzables sobre ellos. Proponer metas alcanzables conseguirá que los niños quieran lograr más objetivos.
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